jueves, 18 de octubre de 2007

En Argentina también

Estas listas son lista verde y roja respectivamente de alimentos que se consumen en México.

Alimentos SIN transgénicos (lista verde)

Esta lista incluye a los productos cuyos fabricantes proporcionaron a Greenpeace constancia escrita de que NO utilizan transgénicos ni sus derivados como ingredientes, en México.

Aceites: Aceite Oleico de cártamo, aceite Crisol de girasol y todos los de oliva.
Alimentos para bebés: Todos los productos de Gerber.
Bebidas: Lulú, Nectasis, Pascual Boing!
Chocolate: Ferrero Fiesta, Ferrero Prestige, Ferrero Rocher, Kinder Bueno, Kindeer Chocolate, Kinder Chocolate Maxi, Kinder Delice, Kinder Joy, Kinder Sorpresa, Mon Amour, Nutella, Raffaello.
Congelados: La Huerta, Nutrifresco, Nutriverde.
Postres: Gelatinas D’Gari, Tic Tac.
Enlatados y conservas: Del Fuerte, Embasa, La Gloria.
Harinas y tortillas: Verde valle, Tortillas Nuestro maíz, Harina de arroz Tres Estrellas.
Lácteos: Todos los productos de Alpura, Crema Chantilly LeChef, Mantequilla La Gloria,
Todos los productos de Santa Clara.
Pan y galletas: Pan Filler, Galletas MacMa.
Pastas y sopas: La Moderna, Nissin (todos los sabores menos el Tlalpeño), Pastas Cora, Pinerollo.

No han respondido a Greenpeace, no brindan garantías de que sus productos no contengan ingredientes transgénicos o sus derivados, o no han expresado un compromiso claro y sin ambigüedades de que NO usan transgénicos.

Aceites: Aceite 123, Capullo, La Niña, La patrona, Maceite, Maravilla, Mazola, Primor.
Alimentos para bebés: Enfapro, Kindercal, Miel Karo (Unilever), Nan (Nestlé).
Bebidas: Jugos del Valle, Ades, Calight, CapriSun , Productos de Coca Cola, Enerplex (Sabormex), Jumex, Kool-Aid, Productos de Pepsi, SlimFast (Unilever), Soylé.
Botanas: Barcel (Bimbo), Cheetos, Chips (Bimbo), Doritos, Golden Nuts (Bimbo), Mafer, Planters (Kraft), Ruffles, Sabritas, Tostitos, Tostilunch.
Chocolate: Abuelita, Calctose, Carlos V, Chocomilk, Hershey’s, Milo, Nesquik.
Carnes y huevo: Bachoco, Carnes frías Fud, Chimex, Iberomex, Oscar Mayer, Salchichas Viva, San Antonio, San Rafael, Tangamanga.
Cereales: todos los cereales de Kellogg’s, todos los cereales de Nestlé, Quaker (PepsiCo).
Cervezas: Cervecería Modelo, FEMSA Cerveza.
Congelados: Comida refrigerada Chepina Peralta, Helados Holanda, Frizy (Nestlé), Crunch (Nestlé).
Dulces, mermeladas y postres: Canderel, Clemente Jacques mermelada, Equal, Flan Lala, Gelatinas Yomi (Lala), Kraft mermelada, Laposse, McCormick Mermelada, Marinela (Bimbo), Nutra Sweet, Productos de leche Coronado (Bimbo), Ricolino (Bimbo), Sonrics.
Enlatados y conservas: Clemente Jacques (Sabormex), Herdez, La Costeña, Ragú, (Unilever), Mostaza Kraft.
Harinas y tortillas: Maizena (Unilever), Maseca, Minsa, Frijoles La Sierra (Sabormex).
Lácteos: Nestlé, Lala, Danone, Unilever, Sygma Alimentos.
Mayonesas, salsas y aderezos: Búfalo (Herdez), Catsup Clemente Jacques (Sabormex), Doña Chonita, Doña María (Herdez), Hellman’s (Unilever), Mayonesa McCormick’s (Herdez), Mayonesa La Costeña.
Pan y galletas: Bimbo, El Globo (Bimbo), Empanizador Kellog’s, Lonchibon (Bimbo), Galletas Kraker Bran, Galleras Lara, Galletas Nabisco (Kraft), Galletas Oreo, Galletas Ritz (Kraft), Todas las galletas Gamesa (PepsiCo), Poptarts (Kellog’s), Tía Rosa, Suandy(Bimbo), Wonder.
Pastas y sopas: Sopas Knorr (Unilever), Maggi, Maruchan, Nissin, sabor Tlalpeño y Rosa Blanca.


Hay que tener cuidado y leer muy bien la conformación de los alimentos que ingerimos.
Esta Información la obtuve de: http://www.astrolabio.net/planeta/articulos/113587348519541.html

viernes, 12 de octubre de 2007

¿Mendocinos que estamos haciendo?

Mendoza se está quedando sin árboles
Ala pérdida del arbolado público por la tala hay que agregar las pérdidas por los “sistemas de poda” realizados por los municipios, o por empresas por ellos contratadas que proveen servicios de electricidad, teléfonos, etc. La disminución del arbolado no sólo es un problema de los centros urbanos, sino que aún parece más serio en las zonas rurales. La impermeabilización de cauces de riego ha obligado a la tala de las hermosas arboledas que habían servido para consolidar los bordos de los canales y eran protección de los vientos en los cultivos. Por cierto que ya desde hace muchos años se venían anulando las originales cunetas que en los caminos rurales regaban arboledas, las que asombraban a quienes llegaban de otros lugares. Del mismo modo se han ido cubriendo las acequias de la ciudad e impidiendo que los árboles puedan alimentarse. Aún hoy cuesta explicar a los visitantes extranjeros que cada árbol ha sido plantado y cada árbol debe ser regado para que pueda crecer y desarrollarse.El sistema de riego y los árboles son el mayor capital común que tenemos los mendocinos, capital iniciado hace varias generaciones y que nos permite vivir en zona desértica. Sin ese capital sería imposible la vida. Para quienes aquí hemos nacido y nos hemos criado ¿necesitamos acaso que alguien nos enseñe el valor de ese capital común? ¿Necesitamos llamar la atención de lo que implica la pérdida del mismo? Realmente estamos jugando con fuego por ignorancia de unos y por desidia de quienes son responsables del cuidado de estos bienes comunes.Pero no sólo los distintos entes públicos con atribuciones en el arbolado son responsables de las pérdidas que estamos sufriendo,también el sector privado está eliminando árboles en igual o mayor medida que el público. Las trincheras que rodeaban las fincas van desapareciendo por vejez y por las talas hechas por sus propietarios; recorrer las zonas de cultivos es advertir claramente las disminución de la cantidad y la calidad de las arboledas. En las nuevas plantaciones de viñedos, sea por razones técnicas o estéticas, parece haberse creado una incompatibilidad entre viñedos y árboles. Yesto no sólo en el espacio de la propiedad de cada uno sino que muchos propietarios han logrado que se talen los árboles que estaban fuera de su predio.Sin duda que lo que describimos es parte de un preocupante proceso de cambio cultural. Así como es habitual señalar que hemos perdido -o estamos perdiendo- la cultura del trabajo, también se advierte que hemos perdido la cultura del amor y de respecto por el agua, el sistema de riego y los árboles. Hubo, hace décadas, generaciones que hicieron de la transformación del desierto en un oasis la razón de ser de sus vidas. Diseñaron desde el Parque, las plazas, a las acequias de la ciudad y del campo, y las rodearon de árboles; sabían del valor de ese sistema para la vida humana. Lo enseñaron en las escuelas, lo transmitieron a las generaciones venideras... pero en algún punto del tiempo esa cadena se ha cortado. Hoy deshacemos sin razón ni sentido lo que nuestros antepasados hicieron.Es imperioso, por nuestro propio bien, recuperar la cultura perdida y más aún volver a plantar y cuidar los árboles. Fue -como en otras tantas cosas importantes- Domingo Faustino Sarmiento el gran impulsor de plantar árboles en todo el país, en la pampa chata y desierta, y aquí en el Cuyo reseco y caliente. Trajo especies, las difundió, creó escuelas agronómicas y quintas para cultivarlas. Fue un animador de que los niños en las escuelas, adquirieran esa cultura. A su instancia e inspiración el Consejo Federal de Educación instituyó el 29 de agosto de cada año como “Día del Árbol”, destinado a resaltar su importancia pero sobretodo a plantar miles de plantas ese día, a lo largo y ancho del país. Lo habían hecho en Suecia en 1840, cuando tomaron conciencia de la importancia de la actividad forestal, hoy uno de los países con mayor proporción de superficie forestada en el mundo. Inmigrantes suecos llevaron esta impronta cultural a Estado Unidos en la segunda mitad del siglo XIX, donde también se estableció un Día del Árbol. “¡Árboles! ¡Planten Árboles!”, clamaba el Gran Sanjuanino. Debiera ser más que nunca nuestro grito, verdaderamente ecológico. Y convertirlo en realidad.

Informe Diario Los Andes.
Fecha: Viernes 5 de Octubre de 2007
Sección: Opinión
Pág.: A10

martes, 2 de octubre de 2007

Canción Mapuche

Esta letra corresponde a una canción de los indios Mapuche, al leerla comprendí que ellos tenían una intuición mucho más acertada que la nuestra. Espero que algún día reivindiquemos a nuestros aborígenes como se merecen.
La letra es la siguiente:
Toda la tierra es una sola alma,
somos parte de ella.
No podrán morir nuestras almas;
cambiar si pueden, pero no apagarse.
Una sola alma somos, como hay un solo mundo.