La "cola de caballo" (equisetum arvense) es un rizoma ramificado que crece horizontalmente a comienzos de primavera en campos de cultivo y en bordes de prados y descampados, siempre con la condición de un suelo húmedo y arcilloso. En unas semanas de ellos, de estos rizomas, se elevan unos brotes verdes de unos 20 a 30 cm. de altura. Estos brotes son en sí la planta propiamente medicinal.
La recolección ha de efectuarse a comienzos de verano cuando los brotes han alcanzado ya su altura pero aún son verdes y frescos. Se cortan a ras de suelo, se atan en manojos y cuelgan hasta que están secos.
Las sustancias activas que contiene y que le otorgan sus cualidades terapéuticas son ácido salicílico, flavonas y saponina.
Quizá la forma menos agresiva y cómoda de tomarlo es como una infusión. Resulta de gran ayuda contra el reuma, la tos, inflamación de piernas, depura a la sangre y ayuda a la eliminación de líquidos. Fortalece también las defensas del propio organismo.
El "equisetum" también se utiliza con buenos resultados en homeopatía, en trastornos de vejiga y riñones.
Una fórmula que les recomiendo es echar en su bañera cien gramos de "cola de caballo", previamente reposada durante una hora en agua muy caliente, y darse luego un buen baño. Les relajará y se sentirán mucho mejor.
Y un té invernal muy recomendable para asmáticos. Ahí va la fórmula: Cola de caballo, tila, hinojo, saúco y tomillo, a partes iguales. Medio litro de agua hirviendo sobre dos cucharadas de la mezcla, se deja reposar quince minutos y se cuela. Dos o tres tazas diarias es la dosis adecuada.
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Nancy
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