domingo, 5 de octubre de 2008

Donde hay salvia no entra el médico

Salvia: ¿Como puede un hombre morir si crece salvia en su jardín?.- dice un proverbio anglosajón. Los antiguos griegos reverenciaban a la salvia, figura entre las 400 especies enumeradas por Hipócrates y estaba dedicada a su máxima deidad, Zeus. Los romanos la llamaron "herba sacra" y trasladaron su dedicatoria al sucesor de Zeus, o sea a su Júpiter. Aún hoy en la moderna Atenas el té de salvia sigue sirviéndose como bebida en los establecimientos de hosteleria.

La salvia (salvia officinalis) ha sido considerada desde la antigüedad una de las hierbas más importantes por sus aplicaciones culinarias y medicinales. Remedio básico con múltiples propiedades, su hoja es rica en flabonoides y en aceite esencial, de aromática fragancia. Aumenta la secreción biliar, es antiespasmódica y relajante de los músculos del estomago e intestino. Antiséptica. También resulta eficaz en trastornos digestivos (vientre hinchado y digestiones lentas).

La presencia de fitoestrogenos le hace resultar una planta muy conveniente para las mujeres: regula la menstruación, mejora sus molestias y atenúa sensiblemente los trastornos de la menopausia (sofocos, transpiración y sudores nocturnos).

Contraindicaciones: durante el embarazo y epilépticos.

Como tomarla: en decocción (en agua fría, ponerla al fuego y dejar hervir durante un minuto y reposar luego durante diez), colada y endulzada con miel. Un par de tazas al día, mañana y noche. Es conveniente descansar de las tomas cada dos semanas aproximadamente.

Mezcla aconsejada. En la misma proporción: hoja de salvia, ortiga, grama, hierbabuena e hinojo. Una cucharada de mezcla por tazón.

Es una planta fácil de cultivar en jardines o macetas. Se puede plantar con semillas o utilizando esquejes.

Recolección: en mayo puesto que es el momento en que el contenido de aceite en la hojas es el óptimo.
End.
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Nancy

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